Dolores y Misericordia llega para su bendición a
la parroquia de San Pedro Apóstol de Pizarra en
los inicios primaverales de 1941. Una imagen
donada por Dña. Carmen de Soto y Domecq,
perteneciente a la familia de los Puerto Hermoso.
Durante el paso de los años hasta hoy en día,
la imagen atribuida a los talleres de Sebastián
Santos, ha sido sometida a varias intervenciones.
La primera de ellas se realiza en los talleres Ojeda
de Écija en el año 1967, en ella se realizó una
modificación en la policromía, en el grosor de sus
cejas, se definió su rictus doloroso y se aportó
color a nuestra Titular.
Ya en el año 1993, la Junta de Gobierno,
encarga a D. Juan Manuel García Palomo
la anatomización del cuello de la dolorosa,
marcando la fisionomía de su rostro y realizando
un hoyuelo en su barbilla. A su vez, García
Palomo otorga una nueva policromía realzando
el rubor en los pómulos y la carnosidad en los
labios, además de realizar unas manos separadas
para nuestra Sagrada Titular.
Es en el año 2010, cuando de nuevo D. Juan
Manuel García Palomo interviene por necesidad
a la Imagen Dolorosa dándole estabilidad al
candelero de la Imagen y aportando estabilidad
al busto de esta que se encontraba dañado. En
esta ocasión se realizan también unas nuevas
pestañas, se modifica el grosor de las cejas y se
aplica pátinas al rostro de María Santísima de los
Dolores y Misericordia.
Observando la Imagen, la Junta de Gobierno,
junto a sus vestidores acusan de ciertas
imperfecciones y cambios en el rostro de la
imagen, por lo que se contacta con distintos
expertos en la materia para que ofrezcan sus
opiniones sobre estos hallazgos. Tras ser
consultados expertos en arte sacro se solicita a
Patrimonio del Obispado de Málaga la valoración
de la Imagen surtiendo de ésta la posibilidad de
realizar un estudio más profundo sobre el estado
de la Virgen. Se solicita permiso expreso para ello, y
una vez aprobado y en Junta de Gobierno, se decide
trasladar la cuestión a un experto de la materia como
es el restaurador D. Pedro Manzano Beltrán.
Este realiza un informe detallado sobre el actual
estado de conservación de la Imagen de María
Santísima de los Dolores y Misericordia, actuando
con distintas técnicas sobre la Imagen y aplicando la
más novedosa tecnología sobre la Titular, aportando
a la corporación unas conclusiones que se resumen
seguidamente.
En el Informe Diagnóstico del estado de
conservación de María Santísima de los Dolores y
Misericordia realizado en Mayo de 2022 por D. Pedro
E. Manzano Beltrán con referencia E29/2022, se
propone y concluye que a nivel estructural la imagen
necesita la sustitución del candelero a una madera
actual que permita la perdurabilidad del mismo; la
consolidación de las distintas fisuras que posee
la obra; una propuesta de sustitución de brazos,
aplicándose herramientas actuales que permitan la
movilidad completa de los mismos y la preservación
de la estructura de la imagen en sus distintos
movimientos; y un sistema de fijación del perno
para la corona que no suponga un aumento en las
tensiones sobre la estructura del rostro de la Virgen.
A su vez propone una aplicación de tratamientos
de restauración sobre la adecuación o retirada de
las pátinas que posee la imagen y una hipotética
intervención en la policromía actual, que según se
reconoce ha sufrido ligeros cambios propiciados
por el paso del tiempo. Una vez se observan las
conclusiones técnicas, el restaurador valora la
necesidad de instaurar en la imagen una nueva
policromía que ofrezca a la imagen la garantía de
mantener su calidad en el tiempo.
Una vez recibido dicho informe, la Junta de Gobierno
se plantea la posibilidad de restauración de nuestra
Sagrada Titular, informándose del trámite a seguir
para ello en el Departamento de Patrimonio e
iniciando la búsqueda de aquella persona que
ofrezca en sus labores la mayor calidad, garantía y
confianza para tan importante trabajo.
Una vez informados de cómo proceder, se traslada a
los hermanos en Cabildo Extraordinario la posibilidad
de intervención de la Imagen, aprobándose esta por
los hermanos de la corporación y trasladándose a la
autoridad Eclesiástica, recibiendo el visto bueno.
La Junta de Gobierno, apoyándose en la opinión
experta de numerosos consultados, contacta con D.
Juan Manuel Parra Hernández, imaginero onubense
de Rociana del Campo, afincado en Sevilla, que cursó
sus estudios de Bellas Artes en la Universidad de
Sevilla y cuya formación corre en los talleres de la
imaginera Dña Lourdes Hernández Peña, además
de poseer formación académica en Grado Medio
de Vaciado y Moldeado artístico y Grado Superior
de Escultura. Se contacta con D. Juan Manuel y se
traslada las necesidades mostradas por D. Pedro
Manzano ofreciéndonos la propuesta de intervención
que se detalla a continuación:
Sustituir el candelero por uno realizado en madera de
cedro, al igual que los brazos articulados de bolas.
Sustituir el perno por un casquillo embutido.
Consolidar ensambles o grietas.
Retirar la capa pictórica, sanear la superficie (aparejo-
estuco) de los daños causados, preparar el soporte
para la nueva policromía y policromar.
Realización de nuevas pestañas si fuese necesario,
colocación de estas y lágrimas. En todo momento
se tendrá de referencia la imagen actual de la
virgen. En algunas zonas se corregirá desperfectos
morfológicos causados por su última intervención,
sin desvirtuar su estado actual.
Realización de un nuevo juego de manos en
consonancia al rictus de la Imagen, aplicando
policromía usada en la intervención.
Una vez recibida esta propuesta se eleva a Junta
de Gobierno, y a su vez se convoca Cabildo
Extraordinario, donde se detalla y traslada toda
la información para su aprobación. En el Cabildo
celebrado se aprueba la intervención y se traslada
todo al Obispado de Málaga, donde por medio
del Departamento de Patrimonio y la Comisión de
Asuntos Económicos se recibe informe favorable
para dicha intervención.
La intervención de la Imagen se propone una vez
finalice la Semana Santa de 2024, debiendo ser
trasladada la imagen al estudio del imaginero situado
en Sevilla, donde se ejecutará dicha intervención en el
plazo de cinco meses.